Y por casa, ¿cómo andamos?


«Mucha de la infelicidad argentina nace de una lección que la realidad siempre contradice: se nos enseña que somos grandes y a cada rato tropezamos con la pequeñez” Tomás Eloy Martinez.

Cartagena, Colombia.
Cartagena, Colombia. Botero y vendedoras de fruta

Hace más de dos años que Catalina vive en Buenos Aires y recién ahora se relaja cuando la gente le pregunta con prejuicio de su Colombia natal. El último domingo bajó de un remise despues de varios minutos de inquisición del chofer. Luego de responder de dónde era y que hacía en Argentina recibió el clasico: «¿Qué mal que está Colombia, no?» El conductor le preguntaba sin darse cuenta la naturaleza de la retórica. Ella contestaba que sí, que estaba muy mal para no tener que ponerse a explicar pero por adentro le agarraba una mezcla de cansancio condescendiente y bronca flamígera. En un viaje de unos diez minutos no le podía explicar que Colombia es hoy un país muy diferente al del imaginario colectivo del argentino de a pie. Colombia esta lejos del país de los ’80, del país de Pablo Escobar y los carteles enquistados en todos los andamiajes de la sociedad. Lejos de tener una guerrilla inexpugnable y paramilitares obcecados en territorios. Claro que siguen existiendo los carteles, la guerrilla y los paramilitares, pero Colombia ha desarrollado una gran transformación desde principios de esta última década. Muchos carteles que dominaban grandes territorios quedaron desarticulados, la guerrilla está muy debilitada en términos territoriales como logísticos y el proceso de desmovilización de los paramilitares fue complicado pero auspicioso. «Colombia, el riesgo es que te quieras quedar» reza la campaña publicitaria para atraer al turismo que cada vez es mayor.

No hace falta tampoco decir que hoy Colombia nos supera en inversión extranjera directa junto a Perú después de Brasil y México. Esto quiere decir que Argentina, la tercera economía de America Latina es menos confiable que Colombia que es mas pequeña. Esto es el resultado de políticas que controlaron la inflación, hubo una apertura al mercado externo y se generaron resguardos contracíclicos para que el Estado colombiano pueda hacer frente a una eventual crisis. Hoy el riesgo país de Colombia está en aproximadamente 225 puntos mientras Argentina tiene mas de 900 y está afuera de los mercados financieros.

No estoy negando los tremendos desajustes en inequidad y pobreza que tiene Colombia a lo largo y ancho de su territorio. Sin embargo, para hacer frente a esa problemática hay que buscar gente capacitada para llevar adelante políticas públicas progresivas. Hoy la administración pública colombiana requiere para determinados cargos de alta gerencia títulos de posgrado y una demostrada expertise en el campo de implementación de políticas públicas.

Catalina ya no se ofusca como aquella vez en que un argentino compañero del trabajo le discutía sorprendido acerca de un índice sobre corrupción. Ella argumentaba que el estudio en cuestión determinaba que Colombia es menos corrupta que Argentina. Su compañero, como buen argento, argumentaba que el índice estaba mal hecho…¿qué les hace acordar?

El remisero la dejó a mi mujer en casa y seguramente volvió a la agencia de remises para contarles a sus compañeros que había llevado a una colombiana y pobrecita, lo mal que estaba ese país. Ese mismo día se publicaba una nota que informaba que 15 capos del narcotrafico estuvieron en Argentina, que nuestras fuerzas de seguridad no están preparadas para identificarlos y que varias propiedades en los barrios mas lujosos de la capital, el conurbano y el interior son de ellos pero nadie investiga la ruta del dinero. Y por casa, ¿cómo andamos?

Twitter: @martinkunik

Comments

  1. Muy, pero muy Bueno!!

  2. lo disfruté mucho Martín! muy bien escrito!

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